Ya no quedan cigarros de después y se me han pintado canas de tanto esperarle, trescientos sesenta y cinco días, dos Otoños, un invierno y un verano, (nada para algunos, demasiadas mañanas para mi) sin embargo nunca deje de pensar en el, aun sabiendo desde el primer momento que no acabaríamos nuestros dias juntos, demasiado iguales para funcionar, demasiada química, tenerlo cerca hacia que mi corazón latiese mas deprisa de las 130 pulsaciones por minuto, que mi presión arterial sistólica se disparase hasta las nubes y que se
multiplicasen mis globulos rojos con el fin de mejorar el transporte del oxigeno que el me quitaba.
Y tanta igualdad nos condeno, poco duradero y demasiado profundo, sabina no mentía en eso de que: ``el amor cuando no muere, mata y que amores que matan nunca mueren``.
pero aveces es necesario dejar de pensar en el pasado, por que.. quizá su verdadera utilidad esté en quedarse atras.
- polos opuestos
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